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El miedo al cambio y el trastorno adaptativo

Psiquiatría

El miedo al cambio y el trastorno adaptativo

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El ser humano tiene una capacidad innata para adaptarse a los cambios, pero a veces hay situaciones que lo desbordan. En el trastorno adaptativo hay una dificultad para adaptarse a los cambios biográficos o acontecimientos estresantes que tienen un gran impacto emocional. Cuando la respuesta emocional se acompaña de síntomas de depresión y de ansiedad, e interfiere de forma preocupante en la vida social, familiar y laboral, hablaríamos de un trastorno adaptativo.

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), utilizado en psiquiatría, los trastornos adaptativos están incluidos dentro de los trastornos mentales relacionados con traumas y factores estresantes.

En el trastorno adaptativo:

  • El malestar emocional aparece en respuesta a un estresante identificable.
  • Se produce en los tres meses siguientes al inicio del origen del estrés.
  • El malestar es más intenso y desproporcionado a la gravedad o intensidad del factor estresante, teniendo en cuenta el contexto y los componentes culturales que pueden influir.
  • Implica un deterioro significativo de la actividad social, laboral o académica.
  • Los síntomas no se corresponden a una reacción normal de duelo.
  • Una vez ha finalizado el estresante, o sus consecuencias, los síntomas no persisten más de seis meses.
  • Si los síntomas duran más, debe plantearse otro diagnóstico.

Los trastornos adaptativos tienen una alta prevalencia en la población general, supone una carga asistencial para los médicos de familia, un alto número de bajas laborales y un gran gasto farmacéutico.

Es importante no "psiquiatrizar" las emociones normales ante acontecimientos vitales normales, pero también es importante no minimizar los síntomas y el malestar emocional que presenta el paciente durante un trastorno adaptativo. Del mismo modo, es importante no posponer el inicio de tratamiento psicofarmacológico cuando el cuadro comienza a ser patológico.

Los trastornos adaptativos están muy presentes en nuestra sociedad puesto que la vida está llena de pequeños cambios a los que nos debemos afrontar sin miedo.

En la vida se dan muchas situaciones que pueden desencadenar un trastorno adaptativo. La mayoría implican un cambio en el ámbito laboral: precariedad, paro, mobbing, cambio de trabajo, etc. Un cambio en el ámbito familiar: divorcios, conflictos en la relación de pareja, enfermedad grave, conflictos por herencias, etc. Un cambio en el ámbito social: cambio de domicilio no deseado, discusión y malentendidos en el círculo de amistades, etc. Debemos tener en cuenta que ante una misma situación, una persona desarrollará un trastorno adaptativo y otra no. Todo depende de la personalidad de base, de las experiencias previas y de la capacidad de afrontar el estrés y resolver conflictos.

Tipos de trastornos adaptativos

Los trastornos adaptativos pueden clasificarse según la sintomatología predominante:

  • Trastorno adaptativo con ansiedad
  • Trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo
  • Trastornos adaptativos mixtos con ansiedad y depresión
  • Trastornos adaptativos con alteración de la conducta

Aunque el trastorno adaptativo presente síntomas depresivos y de ansiedad, se distingue de una depresión por la intensidad de sus síntomas y porqué en el trastorno adaptativo siempre hay un factor estresante que lo desencadena. Como ya hemos comentado antes, si los síntomas duran más de seis meses será necesario plantear otro diagnóstico.

Abordaje terapéutico del trastorno adaptativo

Los trastornos adaptativos están muy presentes en nuestra sociedad. La vida está llena de pequeños cambios a los que nos debemos afrontar sin miedo; de esta manera podremos superarlos y aprender de la experiencia. Si ante un acontecimiento vital nos bloqueamos y no sabemos reaccionar, pueden aparecer un mar de emociones que nos impedirán saber qué dirección debemos tomar.

La emoción que predomina en los trastornos adaptativos es el miedo. El miedo al cambio nos hace sentir vulnerables y no nos permite avanzar. La resistencia al cambio es inherente al ser humano, al tener miedo a perder el control de la situación. A veces solamente hacemos un cambio cuando no hay más remedio y la vida nos pone entre la espada y la pared.

Si nos hallamos en una época de cambios se recomienda:

  • Identificar y reconocer las emociones que se están experimentando.
  • No tomar decisiones importantes mientras haya sintomatología depresiva y ansiosa.
  • Afrontar sin miedo la situación y no buscar formas de evasión que no nos llevan a ninguna parte.
  • Aceptar la parte de responsabilidad que tenemos en la situación que estamos viviendo.
  • Si cambiamos la actitud, nos daremos cuenta de que es posible mejorar nuestra capacidad de ver, entender y disfrutar de la vida. Los cambios que la vida nos plantea pueden darnos la oportunidad de mejorar la calidad de vida.
  • El miedo al cambio nos genera insatisfacción. Si nos resistimos al cambio durante mucho tiempo, podemos llegar a sentirnos víctimas e, incluso, podemos llegar a culpar a los demás de nuestra insatisfacción personal.
  • No poner excusas para no cambiar, y no esperar a que sean los otros los que cambien. El cambio forma parte de nuestra vida y debemos educar desde pequeños a nuestros hijos para que toleren la frustración y se adapten a las circunstancias adversas.

Si ante una situación de cambios que nos desborda se necesita ayuda profesional, el médico de familia es el primero que puede detectar aquellos trastornos adaptativos que no evolucionan favorablemente y derivar al paciente a los profesionales de la Salud Mental. La persona necesita explicar todo lo que le ha pasado, necesita ser escuchada. Y, sobre todo, sentir que alguien entiende su sufrimiento y quiere ayudarla. De esta manera las emociones pueden ser identificadas y elaboradas. El trastorno adaptativo no mejorará si no se puede reconocer todo lo que ha pasado.

Debemos pedir ayuda profesional si:

  • El malestar emocional dura más de un mes.
  • El malestar interfiere de forma significativa en la adaptación laboral, social y familiar. Es decir, si la persona no se ve capaz de ir a trabajar y se encuentra de baja laboral; o no quiere salir con los amigos habituales y abandona las actividades de ocio que siempre había hecho. Y también cuando afecta al entorno familiar, ya sea con una falta de comunicación y tendencia al aislamiento, o bien cuando se muestra más irritable y con una falta de control de los impulsos. No debemos olvidar que es en el entorno familiar donde la persona tiene la confianza para mostrar su malestar sin aparentar una fortaleza que no tiene en ese momento.

Recomendaciones:

  • Es importante identificar los estresantes que están afectando y determinar si se pueden reducir o eliminar. En la mayoría de los casos una vez el factor estresante se ha resuelto, el malestar emocional va mejorando de forma progresiva y la persona se recupera completamente.
  • Dejarse ayudar por los familiares y amigos. Si hay un buen apoyo familiar y social, los trastornos adaptativos suelen resolverse antes.
  • Pedir ayuda profesional si no se resuelve en pocas semanas. Hay un riesgo de cronificación y de desarrollar una depresión, trastorno distímico, consumo de tóxicos, entre otros, con las consecuencias que conlleva a nivel laboral, social y familiar. Todo el mundo en algún momento dado, puede tener síntomas de ansiedad y depresión ante un cambio biográfico, pero lo que marca la diferencia es la interferencia que supone en la adaptación social, familiar y laboral.

Tratamiento psicofarmacológico del trastorno adaptativo

En caso de que la sintomatología depresiva, ansiosa o el insomnio interfiera en el rendimiento laboral o académico, o en la adaptación social y familiar, desde psiquiatría se recomienda valorar un tratamiento psicofarmacológico para mejorar los síntomas.

Los psicofármacos utilizados en el trastorno adaptativo son:

  • Antidepresivo. Se recomienda cuando hay sintomatología depresiva y se utiliza también como tratamiento de fondo de la ansiedad. Se dispone de tratamientos antidepresivos cada vez con menos efectos secundarios, mejor tolerados y que permiten recuperar poco a poco la funcionalidad previa.
  • Ansiolítico. Se recomienda cuando hay sintomatología ansiosa con crisis de angustia. A medida que la persona se va encontrando mejor irán retirando.
  • Hipnótico. De forma puntual, puede ayudar a mejorar el insomnio. Muchas veces el insomnio es el primer síntoma que aparece y el último que mejora.

Cuando antes se inicie un tratamiento psicofarmacológico, más pronto se podrá resolver esta situación temporal. La mayoría de casos se pueden resolver en pocas semanas. El tratamiento psicofarmacológico del trastorno adaptativo debe ser limitado en el tiempo.

Muchos pacientes, ante una situación límite que los desborda, dudan de sus propios recursos personales. Es muy importante desde la psiquiatría y la psicología poder acompañar al paciente durante este periodo hasta que recupere la confianza en sí mismo, y así pueda tomar las decisiones que seguro ayudarán a mejorar su calidad de vida. Eso sí, con la lección aprendida. El ser humano que aprende de los errores y de las situaciones adversas puede salir fortalecido psicológicamente.



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