Medicina Familiar y Comunitaria
Los resfriados y la gripe: compañeros inseparables de viaje de los primeros fríos
Dr. David Bartolomé Domínguez, Dr. Jesús Ruiz Pérez, Dr. Juan Ramón Carrillo Clivillé, Gripe, Invierno, Resfriado Y Virus
Llegan los meses de frío y los virus de la gripe y los resfriados reaparecen en escena como cada año. Pese a que las bajas temperaturas no van a provocar por sí mismas que los padezcamos, sí pueden reducir nuestras defensas ya que pasamos menos tiempo al sol y más en espacios cerrados en los que queda más expuesta nuestra vulnerabilidad.
El resfriado es una enfermedad leve provocada por virus. Causa estos síntomas: mocos, nariz tapada, dolor de garganta y de cabeza, tos, ojos llorosos. Suele empezar por la nariz y por la garganta, y después puede bajar a los bronquios. Al cabo de unos días se cura sin tratamiento. Se pueden tener entre 2 y 5 resfriados por año. Los niños pequeños pueden tener más.
La gripe también es una enfermedad causada por virus. Aparece como epidemia en invierno, coincidiendo con los meses de frío. Empieza de golpe, con fiebre alta (39°- 40°C), dolores musculares, dolor de cabeza y de garganta, malestar general, nariz tapada y tos seca. Puede provocar diarreas, náuseas y vómitos (sobre todo en niños).
Tanto frente al resfriado como a la gripe, la actitud más recomendable es tener paciencia, y no confiar en encontrarnos bien enseguida. La fiebre que provoca la gripe dura 4 o 5 días, y la tos y el cansancio pueden durar 3 semanas. El contagio de ambas enfermedades se produce a través de las manos y el aire.
Si contraemos la gripe o convivimos con alguien que la tiene o que está resfriado, nos será muy útil seguir estos consejos:
- Lavarnos las manos a menudo y usar pañuelos de un solo uso para sonarnos y para taparnos la boca y la nariz cuando tosamos o estornudemos.
- Ventilar la habitación donde haya alguien con gripe, abriendo la ventana varias veces todos los días.
- Descansar, beber agua, zumos, caldos o infusiones.
- Si no tenemos apetito, no hace falta que comamos alimentos sólidos.
- Tomar una ducha o un baño para reblandecer los mocos, y también poner suero fisiológico o agua con sal en la nariz.
- Para la irritación de la garganta van bien los caramelos sin azúcar. Evitar toser y carraspear a menos que sea para sacar mocos ya que cuando tomos rascamos la garganta y aumenta la irritación y la tos.
- En el caso de la gripe, además, se recomienda hacer reposo.
- No hay ningún medicamento que cure la gripe ni el resfriado, pero existen algunos, como por ejemplo el paracetamol, que ayudan a mejorar el dolor de cabeza, la fiebre y las otras molestias. Por lo tanto no se debe tomar antibióticos, ya que son fármacos eficaces contra las infecciones bacterianas y como hemos dicho tanto la gripe como el resfriado están provocados por virus no por bacterias.
- La equinacea en comprimidos y/o infusiones 2-3 veces al día ha demostrado acortar los síntomas catarrales.
- En caso de seguir algún tipo de tratamiento de forma habitual, no debemos dejar de tomarlo si nos resfriamos o cogemos la gripe.
El virus de la gripe es inestable y no precisamente benigno. No solamente se asocia a cuadros respiratorios agudos de vías altas más o menos molestos, sino que produce tasas considerables de ingresos hospitalarios. La infección por el virus de la gripe es sinérgica con las neumonías bacterianas, prepara el terreno para estas.
La vacuna de la gripe
Los virus causantes de la gripe cambian cada año, y con ellos también la formulación de la vacuna. Por ello, los grupos de riesgo y todo aquel que lo desee deben vacunarse cada año. Cuando alguien se vacuna una vez, se minimiza el riesgo de la infección esa temporada, pero no se crea una inmunidad duradera.
El período ideal para vacunarnos es el comprendido entre los meses de octubre i noviembre.
La vacuna se elabora a partir de virus de de la gripe muertos, por lo cual no puede provocar la enfermedad. Sí que pueden producirse algunas molestias locales leves que afectan a un 15-20% de las personas vacunadas, y rara vez algo de fiebre o malestar.
Nadie ha podido demostrar hasta hoy que la vacuna de la gripe se asocie a padecer más enfermedad. Al contrario, la vacuna debería servir para reducir la parte de esta carga de enfermedad a la que está asociada. ¿Lo hace? La respuesta es sí.
De manera repetida, constante y con muy pocas excepciones, los sistemas de farmacovigilancia indican que las vacunas de la gripe son seguras, con tasas de declaración de efectos secundarios graves y relacionados con las vacunas inferiores a 1 por 100.000 dosis administradas. Las pruebas de las que disponemos, tanto de ensayos clínicos como de estudios observacionales, señalan que las vacunas son eficaces y efectivas.
La vacuna antigripal está indicada cuando:
- La persona tiene alto riesgo de tener complicaciones por la gripe.
- Si tiene más de 60 años.
- En caso de padecer una enfermedad crónica del corazón, de los bronquios, del riñón, ser diabético, o estar afectado por una disminución de las defensas por otras causas.
También deben vacunarse:
- Durante la campaña de vacunación de la gripe, está en el segundo o en el tercer trimestre del embarazo.
- Los niños con enfermedades crónicas pulmonares o metabólicas.
- Las personas internadas en residencias.
- Aquellos que están al cuidado de personas enfermas (en casa también).
Además, se recomienda la vacunación en personas que
- Están en contacto con estos grupos de riesgo y que pueden transmitirles la gripe, y también en personas que trabajan en servicios públicos esenciales (como por ejemplo personal de sanidad, bomberos, policía, etc.
La vacuna de la gripe está contraindicada en personas que hayan tenido una reacción alérgica con una dosis anterior o que sean alérgicas de alguno de sus componentes, como por ejemplo al huevo.
También debemos saber que la vacuna contra la gripe solo nos protege de ella, en ningún caso del resfriado común; para el cual no existen.