Las enfermedades alérgicas constituyen una de las epidemias del siglo XXI. Provocan síntomas en órganos variados y de intensidad diversa, desde molestias leves a reacciones que pueden poner la vida en peligro, y de forma aguda o crónica (asma, rinitis, reacciones a alimentos o insectos, eczemas …). La predisposición atópica, la reactividad cruzada entre alergenos y el hecho de que la respuesta alérgica sea una reacción inmunológica sistémica conlleva que en la misma persona coexistan frecuentemente la alergia respiratoria, la alimentaria y la dermatitis.
Conocer cuál es la causa de una alergia permite adoptar medidas preventivas y en algunos casos curativas (inmunoterapia).
El tratamiento con inmunoterapia (administración repetida por vía sublingual o subcutánea del alergeno responsable de la enfermedad) permite controlar los síntomas sin tener que tomar fármacos y con efectos prolongados, más allá de la duración del tratamiento.
Es importante una buena coordinación con el pediatra y el médico de familia o los especialistas de ORL, dermatología,
neumología, oftalmología o aparato digestivo.