La biopsia de corion es una prueba de diagnóstico prenatal que sirve para detectar anomalías congénitas en el bebé durante el embarazo. Se suele practicar entre las 10 y 14 semanas de embarazo. Consiste en obtener una muestra de las vellosidades coriales que contienen células fetales y que se encuentran en la placenta.
Con la biopsia de corion es posible descartar o detectar los mismos trastornos genéticos que con la amniocentesis, otros defectos como los del tubo neuronal o malformaciones cardíacas.